
Una empresa espió y despidió a uno de sus empleados por trabajar «90 minutos al día» en Galicia: la Justicia lo ha anulado
Un visitador médico de Galicia, con premios por productividad y un sueldo de casi 5.000 euros al mes, fue despedido tras la decisión de su empresa de ponerle un detective privado que le controlase. Este le acusó de trabajar apenas 90 minutos al día cuando decía que hacía mucho más. Pero la justicia ha tomado una decisión que contradice radicalmente el criterio seguido por la empresa.
El cronómetro del detective que no ha servido para nada. Esta historia arranca en la primavera de 2024, tal y como recoge la sentencia judicial. El visitador médico que trabajaba para una empresa farmacéutica tenía como tarea hacer visitas a los médicos para vender sus nuevos tratamientos. Pero tras una baja, la compañía decidió contratar a un detective privado para que vigilara sus movimientos.
El comercial estaba controlado por todos los frentes. Tanto su coche de empresa como la tablet que usaba podían registrar sus movimientos dentro de la jornada laboral. Pero el detective en este caso detectó importantes irregularidades entre lo que reportaba el comercial y lo que de verdad hacía en su día a día.
Un informe demoledor para el trabajador. Tras hacer un seguimiento por diferentes ubicaciones de Galicia, se vio que el trabajador decía que trabajaba más de lo que en realidad hacía. Por ejemplo, en Vigo el empleado reportó cuatro horas de trabajo donde visitó a 12 médicos. El detective cronometró solo una hora y media de actividad en el hospital. Lo mismo ocurrió en Ourense, donde se pasó 45 minutos en una cafetería, aunque apunta a que visitó a cuatro médicos.
En el caso de Pontevedra y Ferrol se repitieron estos mismos patrones al estar tiempos de estancia en los hospitales muy inferiores a la jornada y números de visitas que el comercial registraba en su agenda.
Con este informe en la mano, la empresa concluyó que había un abuso de confianza flagrante, ya que de las 51 visitas que afirmó haber realizado, la compañía, basándose en la vigilancia, le atribuyó «cinco a lo sumo» y procedió a despedirlo.
La productividad pesa más que el GPS. Este caso llegó hasta los altos tribunales y fue ahí donde el argumento de la empresa se desmoronó. La defensa del trabajador se centró no en las horas que pasaba físicamente en un hospital, sino en la naturaleza de su puesto y el rendimiento demostrado.
Para el Tribunal Superior de Justicia de Galicia es muy llamativo que la empresa llegara a premiar con primar de hasta 4.000 euros al trabajador por tener una gran productividad y ser un «trabajador ejemplar». De esta manera, para los jueces la eficiencia no es vagancia, ya que apuntan a que es totalmente compatible hacer «visitas en conjunto», algo que un detective no puede interpretar correctamente.
Un pulso entre dos modelos de trabajo. El fallo del TSXG confirma la improcedencia del despido y obliga a la empresa a elegir entre la readmisión del trabajador o el pago de una indemnización que supera los 118.000 euros. Más allá del caso particular, esta sentencia abre de nuevo el debate actual sobre la medición del trabajo. Demuestra que, al menos en ámbito judicial, se empieza a consolidar la idea de que vigilar las horas de conexión o la presencia física es un método obsoleto para evaluar roles basados en la autonomía y los objetivos.
Hay muchas técnicas para eludir el control horario. Este no es un caso aislado en las oficinas, como ocurre con Teams donde el estado de conexión puede ser controlado para ver quién está trabajando, lo que hace también que aparezcan empresas que vigilen a los trabajadores que teletrabajan. Incluso en las oficinas se ha visto como la Generación Z hace ‘task masking’ que es literalmente fingir que se trabaja. Todo para que no recibir más tareas a las que ya tienen. Y todo porque evaluar los objetivos por horas no puede ser lo más adecuado.
No es un caso aislado. Son muchas las empresas que siguen esta misma estrategia, sobre todo para combatir las posibles falsas bajas que haya en su plantilla. Y es algo completamente legal, ya que según la Ley de Seguridad Privada, los detectives pueden actuar ante la sospecha de un fraude en la baja laboral.
Imágenes | Hunters Race
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Una empresa espió y despidió a uno de sus empleados por trabajar «90 minutos al día» en Galicia: la Justicia lo ha anulado
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Xataka
por
José A. Lizana
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