
Queda solo una semana para la vuelta de Starship: será el penúltimo vuelo antes de su esperadísimo rediseño
El camino de Starship a la órbita no está siendo una línea recta, y los últimos meses del cohete más alto del mundo lo ejemplifican de forma sangrante. Después de perder cuatro naves consecutivas y un Super Heavy, SpaceX ha convertido los fallos en datos con los que mejorar su diseño. Pronto sabremos si han dado resultado: queda solo una semana para el décimo lanzamiento.
Luz verde para el décimo vuelo. La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos ha cerrado la investigación de los últimos incidentes de Starship y autorizado a SpaceX el próximo vuelo, previsto para el domingo 24 de agosto.
La décima misión de Starship probará la apertura de la compuerta de carga y el reencendido de un motor en el espacio. Además, los ingenieros de SpaceX han eliminado deliberadamente varias losetas del escudo térmico de la nave para estudiar su comportamiento durante la reentrada.
Un verano de investigaciones. El noveno vuelo de Starship, que tuvo lugar el 27 de mayo, terminó con la desintegración tanto del propulsor Super Heavy Booster 14 como de la nave Starship 35. En un informe del 15 de agosto, SpaceX explicó la causa de ambos incidentes:
El Booster 14, que volaba por segunda vez, falló durante la maniobra de amerizaje después de que SpaceX pusiera al límite sus cargas estructurales. Con un ángulo de ataque de 17 grados, el tubo de transferencia de combustible no fue capaz de soportar las fuerzas aerodinámicas, lo que provocó una mezcla explosiva de metano y oxígeno líquido.
La Starship 35 alcanzó la velocidad prevista, pero una fuga de metano en el cono frontal, originada por un difusor defectuoso en el sistema de presurización del tanque principal, comprometió el resto de la misión. La falta de presión impidió que la nave abriera la compuerta de carga, y provocó que los sistemas automáticos abortaran el reencendido del motor en el espacio. La nave se desintegró girando sin control en una agónica reentrada.
Para terminar de hundir la moral en Starbase, a mediados de junio, una brutal explosión hizo temblar las ventanas de la vecina Brownsville. La Starship 36, que debía volar en el vuelo 10, se desintegró durante una carga de combustible, generando un pequeño conflicto geopolítico con México. SpaceX atribuye el desastre a un fallo estructural en un depósito secundario de gas nitrógeno, posiblemente por daños indetectables.
Booster 16 y Starship 37 listos para volar. Con las causas de los últimos fallos ya identificadas, SpaceX ha rediseñado el difusor de la nave e implementado protocolos de inspección más estrictos para los depósitos presurizados de nitrógeno. Dos nuevos prototipos, el Booster 16 y la Ship 37, están listos para el décimo vuelo de Starship con objetivos tan ambiciosos como siempre.
El propulsor Super Heavy no intentará regresar a la torre, sino que amerizará en el Golfo de México, simulando un fallo en uno de sus motores de aterrizaje para comprobar si un motor de respaldo puede tomar el relevo, finalizando la maniobra con un «vuelo estacionario» sobre el océano con solo dos motores encendidos.
Por su parte, la nave Starship intentará abrir por primera vez su compuerta y desplegar ocho maquetas de satélites Starlink en una trayectoria suborbital (que se quemarán durante la reentrada). También probará a reencender un motor Raptor en el vacío del espacio para desorbitar de forma controlada.
Lo más llamativo es que volará con una cantidad significativa de losetas térmicas deliberadamente ausentes para someter a un mayor estrés las zonas vulnerables y probar nuevos materiales, como metal con refrigeración activa. La reentrada también está diseñada para forzar al máximo los flaps traseros de la nave en el punto de máxima presión.
La tercera versión de Starship en camino. Solo quedan dos vuelos de Starship con el diseño actual, que ha supuesto grandes quebraderos de cabeza para SpaceX. La compañía ultima el desarrollo de la Starship 3, de la que hemos visto renders completos y algunos componentes ya fabricados, como sus nuevas aletas de rejilla y su gigantesco tubo de combustible.
Aunque el nuevo Super Heavy llevará tres rejillas aerodinámicas en lugar de cuatro, son un 50 % más grandes y robustas. Este nuevo diseño no solo permite descensos con ángulos de ataque más elevados (justo la maniobra que provocó el fallo en el vuelo 9), sino que cumple una doble función.
Las nuevas aletas incorporan un punto de anclaje y están situadas más abajo en el cohete para alinearse con los brazos de la torre de lanzamiento, que las usarán para levantar y atrapar el propulsor. Al estar más bajas, también reciben menos calor de los motores de la Starship durante la separación de etapas en caliente.
Imágenes | SpaceX
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Queda solo una semana para la vuelta de Starship: será el penúltimo vuelo antes de su esperadísimo rediseño
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Matías S. Zavia
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